viernes, 24 de junio de 2011

Conspiraciones: 9-11

HECHOS:

Cuatro aviones de pasajeros fueron secuestrados por 19 terroristas suicidas divididos en cuatro grupos, todo ellos con un piloto encargado de reconducir el avión hacia su objetivo una vez tomado el control de la nave y reducida la tripulación.

Dos aviones (United Airlines 175 y American Airlines 11) se estrellaron contra la Torres Gemelas del conocido centro de negocios neoyorkino World Trade Center. El tercero (American Airlines 77) contra el Pentágono y el cuarto (United Airlines 93) se estrelló en campo abierto, en Pensilvania, ya que la tripulación, conocedora de los atentados previos, se rebeló contra los asaltantes.

Como consecuencia de los atentados murieron 2.973 personas, 19 terroristas y otras 24 personas que continúan desaparecidas. El empleo de aviones como armamento no tenía precedentes y dio lugar a una situación de alerta y temor a nivel mundial, así como al comienzo de lo que se dio en llamar la Guerra contra el terrorismo.


TEORÍAS:

Extremismo islámico: La teoría oficialmente aceptada es que la organización Al Qaeda, liderada por Bin Laden, se tomó años para planear y llevar a cabo el que sería el atentado más importante de la historia. Así, formaron a terroristas suicidas como pilotos para poder dirigir los aviones a sus objetivos.

Conspiración interna: El ex parlamentario alemán Andreas Von Bülow ha mantenido la teoría de que la CIA y el FBI no compartieron toda la información que tenían antes de los atentados, y va incluso más lejos afirmando que los aviones que se estrellaron pudieron estar dirigidos por control remoto. Otros investigadores afirman además que tanto las Torres como el edificio próximo que también se hundió pudieron ser derribados con explosivos colocados en su interior.

Teoría del control del petróleo mundial: Los sectores más progresistas de la sociedad y partidarios de la paz mundial no han reprimido su opinión, que apunta a que los atentados pudieron haber sido provocados o permitidos por el propio gobierno estadounidense para justificar una posterior guerra contra Iraq y derrocar al dictador Saddam Hussein, haciéndose así con el control del petróleo a nivel mundial.

Teoría del misil y el "avión preñado": Una corriente francesa apoya la tesis de que ningún avión se estrelló contra el Pentágono, sino que fue un misil. Una serie de reportajes publicados por el diario La Vanguardia han destapado las extrañas protuberancias que se podían apreciar en el fuselaje del avión que se estrelló en segundo lugar y que han despertado todo tipo de dudas.


PRUEBAS:

El argumento principal de la administración Bush y sus aliados (Blair y Jose María Aznar) era la existencia de armas de destrucción masiva en Iraq. Antes de comenzar la guerra, enviaron un comité investigador que rastreó el país de punta a punta, sin éxito. Cuando las tropas aliadas se dirigían hacia territorio iraquí, los investigadores dieron la voz de alarma acerca de lo que consideraban un terrible error, puesto que no había constancia de la existencia de armamento químico o biológico alguno. Uno de ellos, el inspector de armas David Kelly, se atrevió a cuestionar al gobierno de Tony Blair y acusarle de "presiones sistemáticas" para que afirmara haber encontrado las armas biológicas. Kelly apareció muerto en su domicilio en lo que se dio por un suicidio.

Años después, el propio George Bush admitió públicamente el error de su sistema de información, aceptando que las armas nunca existieron. Mientras Blair ha preferido no manifestarse al respecto, Aznar sigue manteniendo la tesis de las armas en sus declaraciones a la prensa.

El dictador iraquí Saddam Hussein estaba "sentado" sobre miles de millones de barriles de petróleo, que Estados Unidos parecía ansiar. Bob Woodward, en su libro "La guerra de Bush", denuncia lo que considera la "mayor manipulación de un país democrático". Según su tesis, la administración Bush utilizó el dolor por las muertes del 11-S como justificación y tapadera para su verdadero objetivo: destruir a Saddam Hussein y hacerse con el control del petroleo.

La guerra fue la excusa ideal para que cientos de norteamericanos de dudosa cualificación se alistaran al ejército para acudir a Iraq y salvar al mundo del terrorismo islamista. Los resultados han sido estremecedores y sólo las fotos de las torturas en Abu Ghraib, que los militares hacían como entretenimiento, han sacudido las conciencias del mundo entero.




Fuente: portalmix.com


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