miércoles, 20 de marzo de 2013

Frutos Secos: peligrosos para los niños




Los frutos secos son llamados así porque todos tienen una característica en común: en su composición natural (sin manipulación humana) tienen menos de un 50% de agua. Son alimentos muy energéticos, ricos en grasas, en proteínas, así como en oligoelementos. Según el tipo de fruto seco, también pueden aportar buenas cantidades de vitaminas (sobre todo del grupo B) o ácidos grasos omega 3 (poliinsaturados).  


TIPOS DE FRUTOS:

Frutos secos de cáscara dura

Los frutos secos más conocidos son:
Almendras.
Anacardos.
Avellanas.
Castañas.
Gevuinas o avellanas chilenas.
Cacahuates (en México), cacahuetes (en España) o maníes, muy empleados en las gastronomías de Asia, por ejemplo en la cocina china y de algunos países del sur de África. Realmente se trata de una legumbre, y por ello en numerosas clasificaciones no son considerados frutos secos.
Nueces.
Piñones (semillas de algunas especies de pino).
Pistachos, que son los frutos del árbol denominado alfóncigo; se suelen comer tostados en sal.
Semillas de calabaza.
Semillas de girasol (denominadas pipas en España) son muy empleadas como pasatiempo. Además de ser un alimento típico de los loros.
Sésamo o ajonjolí.


Frutas desecadas

Ciruelas pasas.
Dátiles.
Higos secos.
Orejones de albaricoque secados.
Pasas de uva, o uvas pasas.

Este alimento podría ser peligroso, a continuación presentamos información sobre accidentes. 

Que un niño pueda atragantarse mientras come es una preocupación común en muchos padres. En el caso concreto de los frutos secos, los pediatras recomiendan retrasar hasta los cinco o seis años su consumo para evitar el riesgo de asfixia.

Según los pediatras españoles, entre el 60% y el 80% de los atragantamientos se producen por culpa de los frutos secos, encabezados por los cacahuetes (que causan casi la mitad de los accidentes). Y pese a que las estadísticas sobre mortalidad infantil por atragantamiento y asfixia han descendido significativamente en las últimas décadas, el ahogamiento por un cuerpo extraño representa nada menos que el 40% de las muertes en menores de un año.

Los niños de uno a cuatro años son los que presentan mayor riesgo y, como alertan los especialistas, a menudo, son los propios familiares quienes les dan estos alimentos desconocedores de sus riesgos. En niños mayores de 11 años, los atragantamientos se producen mayoritariamente por objetos inorgánicos.



Fuente: Wikipedia, El Mundo.es,



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