Esta condición produce una serie de respuestas psico-somáticas en el individuo que pueden paralizarlo e incluso causarle la pérdida del conocimiento, ya que la presión tiende a bajar, provocando generalmente desmayo de las personas que la sufren. Estas personas particularmente sienten gran ansiedad cuando tienen que realizarse exámenes y por lo general no donan sangre..
No existe un acuerdo científico sobre las causas que producen la hemofobia. Se piensa que puede ser consecuencia de un trauma que la persona vivió, como una herida grave o la presencia de algún hecho sangriento.
Se estima que el 60% de los hemofóbicos tienen algún pariente directo con la condición, lo cual evidencia una clara carga genética. Investigadores afirman que puede ser una reacción de supervivencia transmitida genéticamente. En un evento de inminente peligro como un enfrentamiento un sujeto pudo sufrir un herida y al desmayarse, pasar por muerto. Al bajar el ritmo cardíaco la hemorragia pudo disminuir y el individuo sobrevivir a la herida. Esta respuesta pudo ser heredada de generación en generación. Hay animales que fingen estar muertos ante un depredador. También puede ser una forma de autodefensa para evitar el dolor y aceptar la muerte.
El enfoque estándar para el tratamiento es el mismo que con otras fobias:
• Terapia cognitivo-conductual
• Desensibilización
• Medicamentos para ayudar con la ansiedad y el malestar.
En los últimos años, la técnica conocida como Tensión aplicada ( aplicación de la tensión de los músculos en un esfuerzo por aumentar la presión arterial), ha adquirido cada vez más lugar en el tratamiento de la Hemofobia.
Fuente: id.tudiscovery.com , yasalud.com