El carbón medicinal es un artículo importante de la sanidad,
tanto en aspectos médicos como económicos. Se utiliza como un desodorante en
las salas de enfermos colgándolo en bolsas de muselina. Hervir el agua con un
buen tamaño pedazo de carbón de leña recién preparada purifica el agua. El
carbón vegetal es utilizado en los respiradores para proteger de los gases
venenosos.
Internamente se da después de la comida en la dispepsia, flatulencia, acidez, diarrea, disentería y fiebre tifoidea.
Internamente se da después de la comida en la dispepsia, flatulencia, acidez, diarrea, disentería y fiebre tifoidea.
El carbón activado es un remedio tradicional para el
tratamiento del exceso de gases estomacales e intestinales. Funciona por atraer
el exceso de gas en el estómago y los intestinos, que se une a la superficie
del polvo de carbón. Esto alivia las molestias causadas por el exceso de gas
(flatulencia), gases, indigestión y acidez. El carbón vegetal no se absorbe en
el intestino.
El carbón activado se utiliza también en los departamentos de emergencia de los hospitales para tratar el envenenamiento. Sin embargo, cuando se utiliza de esta manera, el carbón activado se administra en dosis mucho mayores que las que figuran en esta preparación.
La dispepsia consiste en un dolor o malestar en la boca del
estómago. Responde relativamente bien a medicamentos que disminuyen la acidez
del estómago y a remedios proquinéticos. El colon irritable, en cambio, es un trastorno de la movilidad del tubo
digestivo, y debe ser tratado con antiespasmódicos. Si bien la
automedicación con este tipo de remedios no es más frecuente que en el caso de
otras dolencias, puede tener consecuencias graves, ya que hace que la consulta
médica sea más tardía, perdiendo tiempo para el tratamiento de una enfermedad.
Fuente: Hacer Familia, Pastillas y Píldoras
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