martes, 28 de agosto de 2012

Marihuana: Mito o realidad... riesgos neurosicológicos




La marihuana es una mezcla triturada y seca de flores, tallos, semillas y hojas de la planta de cáñamo Cannabis sativa. Las personas suelen fumarla como un cigarrillo o en una pipa. Es la droga ilegal de abuso más comúmnente consumida en los Estados Unidos.  El abuso de marihuana puede resultar en problemas con la memoria, el aprendizaje y el comportamiento social. A largo plazo, puede conducir a problemas como el cáncer de pulmón y un aumento del riesgo de infecciones. Puede interferir con la familia, la escuela, el trabajo y otras actividades.  Se están realizando estudios científicos para probar la seguridad y la utilidad de los componentes del cannabis en el tratamiento de algunos cuadros clínicos. En la actualidad, no se recomienda fumar marihuana para el tratamiento de ninguna enfermedad o afección.  La marihuana es la droga ilícita de abuso más frecuente en los Estados Unidos. Es una mezcla de color café verdoso de flores, tallos, semillas y hojas secas y picadas de la planta de cáñamo, Cannabis sativa. La principal sustancia química activa en la marihuana es el delta-9-tetrahidrocanabinol, también conocido por sus siglas, THC.  La marihuana generalmente se fuma en forma de cigarrillo (llamado “porro”, “canuto” o “churro” en español o “joint” en inglés) o en una pipa. Además se fuma en “blunts”, que son puros o cigarros a los que se les saca el tabaco y se rellenan con marihuana. Ya que el “blunt” mantiene la hoja de tabaco usada para envolver el cigarro, este método de administración combina los principios activos de la marihuana con los de la nicotina y otras sustancias químicas dañinas. También, la marihuana se puede mezclar con comida o ingerirla como infusión. Su forma más concentrada y resinosa se llama hachís y cuando está en forma de líquido negro pegajoso se conoce como aceite de hachís. El humo de la marihuana tiene un olor pungente característico, que es usualmente agridulce.  Los científicos han aprendido mucho sobre cómo el THC actúa en el cerebro para producir sus diversos efectos. Cuando se fuma la marihuana, el THC pasa rápidamente de los pulmones al torrente sanguíneo, que lo transporta al cerebro y a otros órganos del cuerpo.

El THC actúa sobre sitios específicos en el cerebro llamados receptores de canabinoides, disparando una serie de reacciones celulares que finalmente terminan en el “high” o euforia que algunos consumidores sienten cuando fuman marihuana. Algunas áreas cerebrales tienen muchos receptores de canabinoides; otras tienen pocos o ninguno. La mayor densidad de receptores de canabinoides se encuentra en las partes del cerebro que influyen en el placer, la memoria, el pensamiento, la concentración, las percepciones sensoriales y del tiempo, y el movimiento coordinado.

No es de sorprenderse que la intoxicación por marihuana pueda causar dificultad para pensar y solucionar problemas, distorsión en las percepciones y problemas con la memoria y el aprendizaje. Las investigaciones muestran que el impacto adverso de la marihuana sobre la memoria y el aprendizaje puede durar días o semanas después de que los efectos agudos de la droga se han desvanecido. Como resultado, cuando una persona consume marihuana a diario es posible que esté funcionando a un nivel intelectual reducido todo el tiempo.

Los hallazgos de las investigaciones sobre el uso a largo plazo de la marihuana indican que hay algunos cambios en el cerebro similares a aquellos que se ven después del uso a largo plazo de otras de las principales drogas de abuso. Por ejemplo, la abstinencia de los canabinoides en animales que han sido expuestos habitualmente a esta sustancia, lleva a un aumento en la activación del sistema de respuesta al estrés y a cambios en la actividad de las células nerviosas que contienen dopamina. Las neuronas dopaminérgicas, es decir, las que utilizan la dopamina para comunicarse entre sí, están involucradas en la regulación de la motivación y la recompensa, y están directa o indirectamente afectadas por todas las drogas de abuso.  Varios estudios han demostrado que existe una asociación entre el consumo crónico de marihuana y una mayor incidencia de ansiedad, depresión, ideas suicidas y esquizofrenia. Algunos de estos estudios han demostrado que la edad del primer consumo es un factor importante, y que el uso temprano de la droga constituye un marcador de vulnerabilidad para problemas más adelante. Sin embargo, en este momento no está claro si el consumo de marihuana causa los problemas mentales, los empeora o si se utiliza la droga en un intento de automedicarse los síntomas preexistentes. El consumo crónico o habitual de marihuana, especialmente en una persona muy joven, también puede ser un marcador de riesgo para las enfermedades mentales, incluyendo la adicción, que provienen de vulnerabilidades genéticas o ambientales, tal como la exposición temprana al estrés o a la violencia. Actualmente, la evidencia más fuerte establece un vínculo entre el consumo de marihuana y la esquizofrenia y otros trastornos relacionados. Las dosis altas de marihuana pueden producir una reacción psicótica aguda. Además, el consumo de esta droga podría provocar la aparición de esquizofrenia o una recaída en aquellas personas vulnerables a este trastorno.  Poco después de fumar marihuana, la frecuencia cardiaca aumenta entre un 20 y un 100 por ciento. Este efecto puede durar hasta 3 horas. En un estudio, se calculó que el riesgo de tener un ataque al corazón es de 4.8 veces mayor durante la primera hora después de haber fumado la droga.  Esto puede deberse al aumento en la frecuencia cardiaca así como al efecto que tiene la marihuana sobre el ritmo cardiaco, ya que causa palpitaciones y arritmias. Este riesgo puede ser mayor en las personas de más edad o en aquellas con vulnerabilidades cardiacas.  Según un estudio de cohorte, a largo plazo, que incluyó a más de 1.000 neozelandeses, los individuos que iniciaron el consumo de cannabis en la adolescencia, y continuaron este consumo durante varios años, mostraron una disminución media del CI de 8 puntos, al comparar su CI a los 13 años, y a los 38. Dejar de fumar posteriormente no pareció revertir la pérdida, afirma la investigadora principal Madeline Meier, investigadora en la Universidad de Duke, en Estados Unidos. 

La variable clave fue la edad de inicio de consumo de marihuana, y el desarrollo del cerebro, señala Meier. Los sujetos del estudio que no consumieron marihuana hasta que fueron adultos no mostraron reducciones mentales. Antes de los 18 años, sin embargo, el cerebro todavía está en desarrollo, y puede ser más vulnerable a los daños de las drogas. "La marihuana no es inofensiva, especialmente para los adolescentes", apunta Meier. El estudio siguió a un grupo de 1.037 niños nacidos entre 1972 y 1973 en Dunedin (Nueva Zelanda), desde el nacimiento hasta los 38 años, y fue dirigido por Terrie Moffitt y Avshalom Caspi, psicólogos de Duke y del Instituto de Psiquiatría del Kings College de Londres.

Alrededor del 5 por ciento del grupo de estudio eran dependientes de la marihuana, o la utilizaban más de una vez a la semana, antes de los 18 años. A los 38 años, todos los participantes del estudio realizaron una serie de pruebas psicológicas para evaluar su memoria, velocidad de procesamiento, razonamiento y procesamiento visual. Las personas que consumían marihuana regularmente en la adolescencia obtuvieron resultados significativamente peores. Los amigos y familiares, entrevistados de forma rutinaria como parte del estudio, eran propensos a informar que los consumidores regulares de cannabis tenían problemas de atención y de memoria.

La disminución en el coeficiente intelectual entre los consumidores regulares de cannabis dele estudio, no se pudo explicar por el alcohol u otras drogas, o por tener menos educación, señala Moffitt.

Aunque ocho puntos de CI no parecen mucho en una escala donde 100 es la media, pasar de un CI de 100 a un CI de 92 representa pasar de estar en el percentil 50, al 29. Meier explica que un elevado coeficiente intelectual se correlaciona con una mayor educación e ingresos, una mejor salud y una vida más larga, por lo que alguien que pierde 8 puntos de CI como adolescente puede estar en desventaja, en comparación con sus compañeros de la misma edad, en el futuro.

Laurence Steinberg, psicólogo en la Universidad de Temple, en los Estados Unidos, quien no participó en la investigación, afirma que este estudio está entre los primeros en distinguir entre los problemas cognitivos que alguien pudiera tener antes de consumir marihuana, y los que fueron causados por la droga. Los estudios con animales, que implican la nicotina, el alcohol y la cocaína, han demostrado que la exposición crónica a estas sustancias, antes de que el cerebro esté completamente desarrollado, puede dar lugar a varios cambios, a largo plazo, en el cerebro. "Este estudio apunta a la adolescencia como una época de mayor vulnerabilidad", apunta Steinberg, quien añade que "los resultados dejan bastante claro que no es simplemente el uso crónico lo que provoca déficit, sino el uso crónico durante la adolescencia". 

al vez la explicación esté en una de las hipótesis que lanza el estudio y que señala la pubertad como un periodo crítico del desarrollo cerebral, que se caracteriza por la maduración neuronal y de reorganización sináptica.

No obstante, todavía queda mucho por conocer para determinar los parámetros sobre cuál es la cantidad suficiente para generar un deterioro neuropsicológico, la frecuencia del consumo y la edad clave. "Nuestros resultados sugieren que tomar cannabis antes de los 18 años predice un deterioro, pero otros han encontrado efectos sólo para edades más precoces", afirman los investigadores por lo que sugieren seguir realizando nuevos estudios en esta línea.

Para terminar, los investigadores señalan que se deberían dirigir mensajes a los jóvenes que les expliquen que el consumo de marihuana puede tener efectos peligrosos en su funcionamiento neurológico y animarles a dejar su consumo, sobre todo aquellos que hayan empezado en la adolescencia.



Fuente: Medline Plus, National Institute on Drug Abuse, La razón.es, El mundo.es, 


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