miércoles, 29 de agosto de 2012

Emisiones de CO2: UE y Australia




El dióxido de carbono, también denominado óxido de carbono (IV), gas carbónicoy anhídrido carbónico , es un gas cuyas moléculas están compuestas por dos átomos de oxígeno y uno de carbono. Su fórmula química es CO2. Es una molécula lineal y no polar, a pesar de tener enlaces polares. Esto se debe a que, dada la hibridación del carbono, la molécula posee una geometría lineal y simétrica.


La Unión Europa y Australia han acordado unir sus mercados de derechos de emisión de CO2. A partir de 2015 las empresas australianas podrán comprar derechos en la UE y como muy tarde en 2018 las europeas podrán adquirir derechos en Australia. Así, el controvertido mercado de CO2 crece y recibe un respaldo internacional. La UE también negocia con Nueva Zelanda.

En un comunicado conjunto, el ministro australiano de Cambio climático, Hoon Greg Combet, señala: “Vincular los sistemas de Australia y la UE reafirma que los mercados de carbono son el principal vehículo para combatir el cambio climático y el medio más eficiente para conseguir reducción de emisiones.

“Ampliación de mercado, dilución de problemas”, así resume una fuente del sector la ampliación. El mercado europeo ha sido criticado porque la UE repartió demasiados derechos de emisión entre sus fábricas. El resultado es que el precio de la tonelada de CO2 se ha hundido. Si las previsiones se hicieron con un precio por tonelada a 20 euros, ahora ronda los ocho.

Miles de industrias, que recibieron gratis esos derechos, han reducido su producción con la crisis y han hecho caja con esos derechos al venderlos. Aun así, la UE ha mantenido su apuesta y busca fórmulas para retirar del mercado el exceso de derechos de emisión o retrasar las subastas para el periodo 2013-2020. Que las empresas australianas compren derechos en la UE no solucionará el problema de la sobreasignación en la UE.

La comisaria de Acción para el Clima, Connie Hedeegard, destaca que este es el primer mercado intercontinental. Australia eliminará el precio mínimo por tonelada que había fijado en 15,8 dólares. Durante años, Australia se negó a ratificar el protocolo de Kioto. Ahora se ha comprometido a reducir sus emisiones e incluso a aceptar un segundo periodo de cumplimiento de este tratado. El acuerdo supone “un primer paso para unir el marcado de carbono de la UE con los mercados en desarrollo en Asia-Pacífico”, según la UE.
Nueva Zelanda y estados de EE UU como California han puesto en marcha mecanismos similares de comercio de CO2. La UE negocia con Nueva Zelanda una vinculación similar.

15 de los 31 principales fabricantes cumplen ya el objetivo fijado por la UE de alcanzar unas emisiones medias de CO2 inferiores a 130 g/km. Fiat, Toyota y Lexus encabezan la clasificación, las tres con registros inferiores a 118 g/km, mientras que Porsche y Land Rover ocupan las últimas posiciones y rondan los 200 g/km.  Fiat es una de las marcas que produce la gama de modelos más pequeños y menos potentes, y esta característica, junto con unas ventas inclinadas claramente hacia los motores diésel (que emiten menos CO2 que los de gasolina), ayuda al fabricante italiano a dominar la clasificación de emisiones: tiene una media, actualizada a julio de 2012, de solo 113,12 g/km de CO2.  Toyota y Lexus ocupan la segunda y tercera posiciones, con 117,05 y 117,25 g/km, respectivamente. En este caso, y aunque ofrecen vehículos más grandes y potentes que Fiat, ambas marcas se ven favorecidas por su variada oferta de modelos híbridos, que contribuyen a reducir las emisiones de CO2 frente a los automóviles con mecánica convencional.

A continuación se sitúan las otras 12 marcas que completan la lista de los 15 fabricantes que cumplen ya el objetivo fijado por la UE de alcanzar unas emisiones medias inferiores a 130 g/km: Citroën (119,66), Seat (123,02), Peugeot (123,47), Suzuki (123,63), Alfa Romeo (124,38), Kia (127,93), Mini (128,33), VW (128,34), Ford (128,73), Renault (129,09), Hyundai (129,67) y Skoda (129,70). 

Quedan fuera la mayoría de fabricantes de prestigio, como Audi, BMW, Jaguar y Mercedes, que reúnen los modelos más grandes y potentes del mercado, y también las marcas más económicas, como Chevrolet, Dacia, Ssangyong y Tata, entre otras, que suelen recoger mecánicas más sencillas y menos eficientes. Y llama la atención Smart, que a pesar del mínimo tamaño de su único modelo, el urbanita Fortwo, en sus ventas predominan las versiones de gasolina respecto a las de gasóleo y terminan elevando las emisiones medias del fabricante. 

Cierran la tabla dos marcas condicionadas por el tipo de modelos que producen: Porsche, especializada en deportivos de alta potencia (201 g/km de CO2), y Land Rover, centrada en todoterrenos grandes y pesados (196 g/km).

Una de las buenas noticias es que, salvo alguna excepción puntual, todas las marcas mejoran año a año sus registros de CO2. De 2011 a 2012, las firmas que más han contenido sus emisiones medias han sido las que han lanzado modelos híbridos y eléctricos. Así, Lexus ha mejorado un 11,3% (de 132,19 a 117,25), gracias al CT 200h y a otros turismos como el nuevo GS 450h. Y Renault, apoyada en eléctricos puros como los Kangoo ZE, Fluence ZE y Twizy, ha reducido su huella energética un 7,06% (de 138,89 a 129,09). El tercer mayor descenso corresponde a Toyota, con una caída del 6,43% (de 125,09 a 117,05) sustentada en la comercialización de nuevos híbridos como los Prius+ y Yaris Hybrid. 

Sumando todas las marcas, el total de emisiones del mercado también ha mejorado un 4,38%, bajando de los 139,57 g/km de julio de 2011 a 133,45 en julio de 2012. 

El objetivo marcado por la UE no es, de momento, de obligado cumplimiento. Lo será a partir de 2015. Hoy en día, la norma es más bien laxa y se limita a recomendar que los fabricantes que vendan más de 300.000 vehículos en Europa (excluye a Ferrari, Lamborghini, Bentley…) deberían tener un 65% de sus modelos con unas emisiones inferiores a 130 g/km.





Fuente:  El pais.com, Wikipedia, 






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