lunes, 14 de junio de 2010

Jibia: oportunidad comercial y alimentaria


Los sepíidos (Sepiida), son un orden de moluscos cefalópodos conocidos con el nombre de sepias, jibias, potas o chocos. Son un ejemplo de la modificación de la concha característica de la mayor parte de los cefalópodos: es sumamente reducida y queda oculta bajo la cara dorsal del cuerpo, cubierta por los pliegues laterales del manto. En el caso de la sepia dicha concha tiene forma de cuchara. De sus tabiques originales no quedan más que unas láminas calcáreas, que parten de la capa córnea para descender oblicuamente hacia la zona ventral del cuerpo. Alcanza los 30 a 40 cm de longitud. Vive en el fondo de los mares poco profundos, generalmente entre las hierbas acuáticas y las algas. Está muy bien adaptada para nadar entre dos aguas, actividad que practica intensamente. Se desplaza mediante una ondulación progresiva de los pliegues laterales del manto. A veces también recurre a la energía reactiva, expulsando el aire de la cavidad paleal por el tubo del embudo. En caso de peligro, este modo de locomoción permite una rápida huida, efectuando verdaderos saltos en el agua. Se encuentra entre las especies comestibles. Come pequeños moluscos, cangrejos, camarones, peces y otros de su misma especie, que mastica gracias a su pico triturador, usado otras veces como defensa de último remedio. Entre sus predadores se incluyen los delfines, tiburones, peces, focas y otros de su misma especie. Viven de uno a dos años.

Este molusco, por muchos detestado, comienza a verse con otros ojos, pues está siendo crecientemente consumida en los mercados externos por sus cualidades nutricionales y bajo precio. No es fácil hablar de la jibia. Pocos conocen sus propiedades alimenticias, por lo que nunca se ha fomentado su consumo masivo. Por el contrario, es vista como una plaga, pues este molusco actualmente está invadiendo las costas chilenas devorándose los peces que tradicionalmente son el sustento del sector, como la merluza. Pero todo problema presenta una oportunidad. Y es que la jibia comienza a ganar terreno como un bien exportable. Nuestro país presenta incipientes exportaciones. En 2004 los envíos de este calamar rojo llegaron a 15 mil toneladas, el 2005 a 18 mil toneladas y el 2006 a 16 mil toneladas, mostrando un aumento de 6,7% en dos años. Los montos embarcados en 2004 ascendían a US$8 millones, mientras que el año pasado totalizaron US$9,7 millones. Un punto a favor para el país es la ventaja arancelaria producto de los acuerdos comerciales. La jibia enviada desde Chile a China ingresa con un 8% de arancel, pero el calendario de desgravación acordado entre ambas naciones implica que al 2015 este molusco llegará con 0%; mientras que con Corea del Sur antes del TLC la tarifa era 20%, hoy es 0%. Filipinas, en tanto, con quien no tenemos acuerdo, exige un impuesto de 10%.


Fuente: Wikipedia, Chilepotenciaalimentaria.cl

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