Se ha demostrado en estudios pasados que es posible "reprogramar" a las células madre adultas, tomadas de la médula ósea, para que se conviertan en una variedad de células específicas, incluidas células de riñón. Y los estudios con animales habían demostrado que la inyección directa de estas células madre en los órganos, era un procedimiento seguro. La nueva investigación, sin embargo, descubrió una complicación que nunca antes había sido descrita. El caso, que involucró a una paciente adulta con enfermedad renal severa y estaba siendo tratado en una clínica privada, recibió una inyección directa de sus propias células madre en sus riñones. A los pocos meses, uno de los órganos sufrió una hemorragia y fue necesario extirparlo. Los científicos de Tailandia y Canadá -que estuvieron involucrados en la extirpación y análisis del riñón- descubrieron que la paciente no se había beneficiado con el tratamiento sino había desarrollado masas, compuestas de una mezcla de células arteriales y de médula ósea, en los sitios de la inyección. Eventualmente, el otro riñón también falló y la paciente murió a causa de una infección.
Fuente: BBC
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