Un mundo casi ideal. Así sería el planeta si el sueño del coche eléctrico llegara a implantarse. Se reducirían las emisiones de dióxido de carbono al medio ambiente, dejaríamos de depender de los precios de la gasolina y disminuirían los impactos negativos frente al calentamiento global y la salud.
El mecanismo de carga, que consiste en «enchufar» el coche, tendría una duración de nueve segundos y una vez lleno dotaría al vehículo de autonomía durante un total de 160 kilómetros.
Pero el problema de las baterías no sólo reside en la red de infraestructuras y en su duración, sino también en su alto coste. El precio de una batería de litio puede rondar los 7.600 euros.
El proyecto Better Place, nacido en la mina de oro tecnológica de Silicon Valley, que se ha propuesto conseguir que un país pequeño como Israel deje de depender del petróleo en el año 2020. Según los expertos del motor, el principal problema del coche eléctrico recae en la disponibilidad, duración y coste de la batería. Por ello, el gran reto consiste en crear una red de infraestructuras de estaciones de carga.
Organizaciones ecologistas como WWF y Greenpeace le dan su visto bueno, pero con condiciones. Greenpeace, en un informe sobre el coche eléctrico, apunta que es imprescindible que la energía eléctrica que alimente estos vehículos se obtenga de fuentes renovables y no de fuentes sucias.
Fuente: ABC
1 comentario:
Ese si que es un buen punto de vista, nos ponemos a forrar una ciudad de postes de recarga, damos ayudas a los coches electricos, ya estamos en la onda verde, todo correcto y de donde viene esa electricidad?, porque de energias renovables es menos del 20% y el resto de fuentes sucias y de francias por energia nuclear.
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