Repitieron el mismo proceso con personas sanas y después, compararon las neuronas conseguidas de unos y otros. "Encontramos que las neuronas de los esquizofrénicos eran diferentes y se conectaban peor entre sí", indica Kristen Brennand, otra de las autoras. "Nadie sabe hasta qué punto los factores ambientales pueden contribuir al desarrollo de la esquizofrenia, pero al fabricar este modelo hemos podido sacar ese aspecto de la ecuación y centrarnos sólo en las causas genéticas y biológicas", señala la investigadora. Así, "identificamos casi 600 genes cuya actividad estaba mal regulada en las neuronas aisladas de los pacientes esquizofrénicos. El 25% de estos genes ya se habían relacionado con la enfermedad anteriormente, pero los otros no", dice Brennand.
También aprovecharon este modelo, que es la primera vez que se consigue de una enfermedad mental compleja, para probar la eficacia de los fármacos. Tras administrar diversos antipsicóticos descubrieron que sólo loxapina aumentaba la capacidad de las neuronas para establecer conexiones con sus vecinas y también afectaba a la actividad de varios genes.
Asimismo, este modelo, que es una de las principales aplicaciones de las células iPS, se puede repetir con otras enfermedades mentales que siguen siendo un misterio, como el autismo o el trastorno bipolar. Ya se hizo algo similar hace un mes para el Parkinson.
Fuente: El Mundo, Wikipedia.
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