La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad crónica caracterizada por un incremento continuo de las cifras de presión sanguínea en las arterias. Aunque no hay un umbral estricto que permita definir el límite entre el riesgo y la seguridad, de acuerdo con consensos internacionales, una presión sistólica sostenida por encima de 139 mmHg o una presión diastólica sostenida mayor de 89 mmHg, están asociadas con un aumento medible del riesgo de aterosclerosis y por lo tanto, se considera como una hipertensión clínicamente significativa.
La hipertensión arterial se asocia a tasas de morbilidad y mortalidad considerablemente elevadas, por lo que se considera uno de los problemas más importantes de salud pública, especialmente en los países desarrollados, afectando a cerca de mil millones de personas a nivel mundial. La hipertensión es una enfermedad asintomática y fácil de detectar; sin embargo, cursa con complicaciones graves y letales si no se trata a tiempo. La hipertensión crónica es el factor de riesgo modificable más importante para desarrollar enfermedades cardiovasculares, así como para la enfermedad cerebrovascular y renal.
Un equipo internacional de científicos descubrió 22 nuevas secciones del código genético que están vinculadas a la hipertensión, o alta presión arterial. Según los estudios, en los que participaron unos 350 científicos de 234 instituciones en 24 países, "el hallazgo representa un gran avance en nuestro entendimiento del impacto de la herencia en la presión arterial".
Y ofrece la posibilidad de desarrollar nuevos tratamientos para la prevención de infartos y derrames cerebrales, las principales causas de muerte en el mundo. Los estudios, publicados en las revistas Naturey Nature Genetics, mostraron que casi todos los seres humanos tenemos alguna de las variantes genéticas que influyen en la presión arterial. Se sabe que la hipertensión puede ocurrir en varios miembros de la misma familia, y también se sabe que hay factores de riesgo que influyen en el trastorno, como obesidad, falta de ejercicio y la cantidad de sal que consumimos en la dieta.
Aunque los factores de estilo de vida son bien conocidos, el elemento genético de la hipertensión había sido hasta ahora muy poco entendido.
En el primer estudio, los científicos analizaron datos de más de 270.000 personas de 24 países. Identificaron 16 nuevas regiones en el genoma que están vinculadas a la presión arterial. Uno de los investigadores, el profesor Mark Cauldfield de la Escuela Médica de Londres y el Hospital Barts, expresa que cada una de esas variantes genéticas se encuentran en por lo menos 5% de la gente, aunque algunas de éstas son mucho más comunes. Con las variantes descubiertas los investigadores pudieron confirmar la influencia de otras 12 regiones que previamente habían sido identificadas. Entre los procesos que pueden ser blanco de nuevas terapias está una serie de reacciones químicas que involucran óxido nítrico, que se encarga de abrir los vasos sanguíneos. Sin embargo, los científicos afirman que tan sólo han descubierto el 1% de las causas genéticas que contribuyen a la presión arterial.
Fuente: Wikipedia, BBC
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