viernes, 1 de octubre de 2010

Jornada Mundial de la Juventud: experimentados, apasionados y fieles

La Jornada Mundial de la Juventud es un gran encuentro de jóvenes de todo el mundo en torno al Vicario de Cristo. Es un medio evangelizador más de la Iglesia, que por medio de estas Jornadas continúa anunciando el mensaje de Cristo a los jóvenes. La JMJ es un empeño evangelizador en el que la Iglesia manifiesta su constante solicitud por la juventud. Todos los jóvenes deben sentirse atendidos por la Iglesia, para ello, toda la Iglesia, en unión con el Sucesor de Pedro, ha de sentirse cada vez más comprometida a nivel mundial, a favor de la juventud para corresponder a sus expectativas, comunicándoles la certeza de Cristo, la verdad que es Cristo, el amor, que es Cristo mediante una formación adecuada, que es una forma necesaria y actualizada de la evangelización." (Juan Pablo II, Discurso al Colegio Cardenalicio, 20 diciembre 1985).

La finalidad prioritaria de la JMJ es dar a conocer a todos los jóvenes del mundo el mensaje de Cristo. Es una iniciativa evangelizadora de la Iglesia, con una gran dimensión ecuménica. "Tengo recuerdos muy bellos de la Jornada Mundial de la Juventud de Colonia: no fue simplemente un acontecimiento de masas; fue sobre todo una gran fiesta de fe, un encuentro humano de comunión en Cristo. Vimos cómo la fe abre las fronteras y tiene realmente la capacidad de unir las diferentes culturas, y crea alegría. Espero que suceda lo mismo ahora en Australia. Por eso, me alegra ver a muchos jóvenes, y verlos unidos en el deseo de Dios y en el deseo de un mundo realmente humano" (Entrevista de Benedicto XVI a los periodistas durante el vuelo a Australia. 12 julio 2008). Por tanto, los objetivos de la JMJ son los de toda evangelización: en concreto, dar a conocer a Cristo a los jóvenes de nuestro tiempo. Así pues, ¿cuál es la naturaleza de lo que sucede en una Jornada mundial de la juventud? ¿Cuáles son las fuerzas que actúan en ella? Algunos análisis que están de moda tienden a considerar estas jornadas como una variante de la cultura juvenil moderna, como una especie de festival rock modificado en sentido eclesial con el Papa como estrella. "Con fe o sin fe, en el fondo estos festivales serían siempre lo mismo; y así se piensa dejar de lado la cuestión sobre Dios. También hay voces católicas que van en esta dirección, considerando todo ello como un gran espectáculo que, aunque sea hermoso, sería de poco significado para la cuestión sobre la fe y sobre la presencia del Evangelio en nuestro tiempo. Serían momentos de un éxtasis festivo, pero que en fin de cuentas luego dejarían todo como estaba antes, sin influir profundamente en la vida. De ese modo, sin embargo, la peculiaridad de estas Jornadas y el carácter particular de su alegría, de su fuerza creadora de comunión, no encuentran ninguna explicación" (Discurso de Benedicto XVI a la Curia, 22 diciembre 2008).

El Papa. El Pontífice elige el tema, y lo explica en un mensaje; y es quien convoca a los jóvenes. La JMJ las organiza el Consejo Pontificio para los Laicos, que es un departamento del Vaticano al cual ha encomendado el Santo Padre la organización de la Jornada Mundial de la Juventud. Además existe un Comité organizador local, que trabaja en estrecha unión con el Consejo Pontificio para los Laicos.



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