La anestesia general es aquella en la cual el médico anestesiólogo induce un sueño similar, pero no igual, al sueño fisiológico, con medicamentos inyectados a través de la vena que le canalizan, en los adultos y jóvenes, o mediante la inhalación de gases en niños. Una vez se realiza la "inducción" y se relaja a la persona, se procede a colocarle un tubo orotraqueal y se conecta a la máquina de anestesia para el "mantenimiento" de la anestesia mediante gases inhalados o drogas administradas intravenosamente. El Dr. Clifford Saper del Beth Israel Deaconess Medical Center en Boston, ha demostrado que una región del mismo llamada núcleo ventrolateral preóptico (VLPO) actúa como un interruptor. Sus células se activan durante el sueñoliberando un neurotransmisor llamado GABA, que apaga la región del hipotálamo que promueve el estado de alerta. Aparentemente, las sustancias anestésicas se adhieren al neurotransmisor GABA y la región VLPO es estimulada de alguna manera, aunque todavía no se sabe exactamente cómo. En la anestesia regional solamente una parte del cuerpo es anestesiada. Para ello se utilizan anestésicos locales (entre los más conocidos están la Lidocaína y la Bupivacaína) inyectados en un sitio que permita bloquear las raíces nerviosas de esa zona. Los anestésicos locales impiden que los nervios lleven la información de que se está realizando una acción ofensiva para el organismo y por eso impiden que el cerebro desarrolle respuestas a ese estímulo.
Hay numerosos factores de los que depende la anestesia, como: el estado físico, de si se trata de cirugía de emergencia, urgencia o electiva, de la zona a operar, del riesgo inherente a la cirugía que le practicarán. El ayuno también es muy importante ya que el contenido gástrico podría regurgitarse hacia la laringe y de allí pasar a los pulmones, pudiendo producir un evento catastrófico conocido como Broncoaspiración de Contenido Gástrico, el cual se caracteriza por una neumonitis (inflamación de los pulmones), probable desarrollo de infección, con la consiguiente alteración del intercambio gaseoso (entrada de Oxígeno, eliminación de Gas Carbónico) que puede llevar a la muerte. Uno de los efectos más comunes al uso de la anestesia general son las náuseas y vómitos posteriores, por ello, son empleados fármacos antieméticos, aunque sólo reducen un 26% el riesgo de sufrir vómitos tras la anestesia. Los sujetos que tienen más riesgo de sufrir este contratiempo son las mujeres, los no fumadores, aquellos que se marean fácilmente y los que lo han padecido con anterioridad.
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