Los esteroides son derivados del núcleo del ciclopentanoperhidrofenantreno o esterano que se compone de carbono e hidrógeno formando cuatro anillos
fusionados, tres hexagonales y uno pentagonal; posee 17 átomos de carbono. En los esteroides esta estructura
básica se modifica por adición de diversos grupos funcionales, como carbonilos e hidroxilos (hidrófilos) o cadenas hidrocarbonadas
(hidrófobas). Los esteroides
anabólico-androgénicos (AAS, por sus siglas en inglés) son sustancias
sintéticas variantes de la testosterona, la hormona sexual masculina que ocurre
naturalmente. El término “anabólico” se refiere al crecimiento muscular que
esas sustancias promueven, mientras que “androgénico” se refiere al aumento en
las características sexuales masculinas. La palabra “esteroides” se refiere a
la clase de droga. Este tipo de droga se obtiene legalmente mediante
prescripción médica para tratar ciertas afecciones que ocurren cuando el cuerpo
produce una cantidad baja de testosterona, como cuando hay un retraso en la
pubertad. También se recetan como tratamiento en enfermedades que resultan en
la pérdida de la masa muscular magra, como el cáncer y el SIDA.
Algunas personas, tanto atletas como no
atletas, abusan de los esteroides anabólico-androgénicos en un intento de
mejorar su rendimiento o su apariencia física. Los esteroides
anabólico-androgénicos se consumen por vía oral o se inyectan, generalmente en
ciclos en lugar de usarse continuamente. El uso cíclico (o “cycling”) se
refiere a un patrón de consumo en que se toman los esteroides por periodos de
semanas o meses, seguidos por un periodo de descanso en que se deja de tomar la
droga, para nuevamente volver a consumirla después. Además, los usuarios a
menudo combinan varios tipos diferentes de esteroides para tratar de maximizar
su eficacia, una práctica conocida como “amontonamiento” (o “stacking”).
Los efectos inmediatos de los esteroides
anabólico-androgénicos en el cerebro están mediados por su unión a los
receptores androgénicos (hormona sexual masculina) y estrogénicos (hormona
sexual femenina) en la superficie de una célula. Una vez efectuada esta unión,
este complejo receptor anabólico-estrogénico puede entrar al núcleo celular e
influenciar los patrones de expresión genética. Debido a esto, los efectos
agudos de los esteroides anabólico-androgénicos sobre el cerebro son
sustancialmente diferentes a los de otras drogas. La diferencia más importante
es que los esteroides anabólico-androgénicos no causan euforia. Esto quiere
decir que no resultan en los aumentos rápidos del neurotransmisor dopamina, lo
que causa la “euforia” que suele impulsar los comportamientos que llevan al
abuso de drogas. Sin embargo, el uso a largo plazo de los esteroides
anabólico-androgénicos puede, con el tiempo, impactar algunas de las mismas
vías y sustancias químicas del cerebro que se ven afectadas por otras drogas de
abuso, como son los sistemas de dopamina, serotonina y de opioides. Tomando en cuenta
el efecto combinado de sus acciones complejas directas e indirectas, no es
sorprendente que puedan afectar el ánimo y el comportamiento de manera
significativa. Los estudios en animales han demostrado que los
esteroides anabólico-androgénicos tienen un efecto reforzante, es decir que,
dada la oportunidad de hacerlo, los animales se auto administran los esteroides
anabólico-androgénicos, al igual que lo hacen con otras drogas adictivas. Esta propiedad es más
difícil de demonstrar en seres humanos, pero el potencial de que las personas
que abusan de los esteroides anabólico-androgénicos se vuelvan adictas es
consistente con el abuso continuado que demuestran a pesar de los problemas
físicos y los efectos negativos que sufren sus relaciones sociales. De igual manera, los que
abusan de los esteroides anabólico-androgénicos también gastan mucho tiempo y
dinero para obtener estas drogas, lo que constituye otra indicación de
adicción. Las personas que abusan de los esteroides anabólico-androgénicos
pueden sentir los síntomas del síndrome de abstinencia al dejar de tomarlos,
entre ellos, cambios en el estado de ánimo, fatiga, desasosiego, pérdida de
apetito, insomnio, libido reducido y deseos vehementes por los esteroides. Esto
puede contribuir a que se continúe el abuso. Uno de los síntomas del síndrome
de abstinencia más peligroso es la depresión, ya que cuando persiste puede
llevar a intentos de suicidio.
El abuso de los esteroides anabólico-androgénicos puede llevar a
problemas graves e incluso irreversibles de la salud; entre ellos, los más
peligrosos son daño al hígado, ictericia (pigmentación amarillenta de la piel,
los tejidos y los fluidos corporales), retención de líquidos, alta presión
arterial, aumento del LDL (el colesterol “malo”) y disminución del HDL (el
colesterol “bueno”). Otros efectos reportados incluyen insuficiencia renal,
casos severos de acné y temblor. Además, hay algunos efectos colaterales
específicos según el sexo o la edad del usuario:
·
En los hombres: encogimiento de los testículos, conteo bajo de
espermatozoides, infertilidad, calvicie, desarrollo de los senos y mayor riesgo
de cáncer de la próstata.
·
En las mujeres: crecimiento del vello facial, calvicie de patrón
masculino, cambios o cese del ciclo menstrual, aumento en el tamaño del
clítoris y engrosamiento de la voz.
·
En los adolescentes: cese precoz del crecimiento por madurez esquelética
prematura y cambios acelerados en la pubertad; riesgo de tener baja estatura el
resto de sus vidas si toman esteroides anabólico-androgénicos antes de pasar
por el periodo de “estiramiento” típico de la adolescencia.
Ha habido muy pocas investigaciones sobre el
tratamiento para el abuso de los esteroides anabólico-androgénicos. El
conocimiento actual proviene en gran medida de las experiencias de un número
reducido de médicos que han trabajado con pacientes que pasan por el síndrome
de abstinencia de esteroides. Ellos han aprendido que, en general, en algunos
casos es suficiente realizar una terapia de apoyo al mismo tiempo que instruyen
a los pacientes sobre los posibles síntomas de la abstinencia. En algunas ocasiones
se usan medicamentos para restablecer el equilibrio del sistema hormonal cuando
éste ha sido interrumpido por el abuso de esteroides. Si los síntomas son
severos o prolongados, se pueden necesitar de medicamentos sintomáticos u
hospitalización.
Fuente: Wikipedia, National Institute on Drug Abuse
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